De viaje por Praga.

Desde luego no hay manera de empezar, entreno dos días, y necesito otros tantos para concretar cosillas, que si las equipaciones del equipo, que si comprar regalos para el viaje, etc... en fin ya me pondré, pero ésto se está alargando más de la cuenta.

Impresionante Praga, los bosques totalmente nevados son acojonantes, posiblemente el año que viene volvamos algo más de tiempo para intentar hacer ski de fondo, aunque soy bastante torpecillo. Cada día flipo más con Natalie, no tenía ni idea de skiar se pone los skis y tira para abajo sin pensar en la leche que se puede dar... igual que en la mtb, eso sí al final ha bajado la cuesta sin caerse, eso sí gritando ¿CÓMO SE FRENAAAAAAAAAAA?

Hay una cosa que no puedo evitar cada vez que voy a Praga, se me pone un nudo en el estómago cada vez que vemos el teatro nacional de Praga, pensar que Natalie ha sido primera bailarina del ballet nacional... ufff

Empezando de nuevo...

Después de un año lleno de competiciones, necesitaba un pequeño descanso, que al final se ha alargado un poco más de lo que quería, pero ya estamos en marcha de nuevo.

Este año vamos a incluir algo de senderismo, y de nuevo volvemos al gimnasio, para intentar compensar un poco la musculatura.

Ya os iré contando.

El por qué

Pues eso, ¿por qué ciclismo y arte?

Simplemente son mis dos de mis pasiones, son dos mundos que a ojos de mucha gente están muy separados. A veces cuando hablo con deportistas, no entienden, no conocen o simplemente no les gusta el mundo del arte, siempre está la típica pregunta de "¿qué quiere decir ésto?" refiriéndose a una obra abstracta. A su vez, en el otro entorno no se entiende la competición, el deporte, el sacrificio por buscar la victoria... porque no os voy a engañar, me gusta el deporte, el deporte de competición, no el deporte salud.

¿Por qué se han separado tanto estos mundos? Antiguamente sobre todo los escultores griegos y romanos homenajeaban a los grandes deportistas: el Discóbolo, el Diadumeno, el Apoxiomeno...

Diadumeno, de Policleto, siglo V a. C.

Bueno, no me enrollo que no soy ningún historiador, me gusta el deporte y sobre todo el ciclismo y el arte, me puede emocionar tanto ver una obra de Maillol, Miguel Angel o Marini, como ver la final de un mundial, una etapa del tour o un partido de tenis. Eso sí, en los museos no salto, ni grito ... más me vale.